sábado, 25 de diciembre de 2010

Panel de Biombo

Nos dejaron como proyecto final del cuatrimestre hacer un Biombo entre todo mi grupo, a mi equipo nos toco el tema de: El Día de Muertos en la Época Prehispánica. Aquí les dejo algunas fotos de lo que se realizo.

La historia nos cuenta que existen tres sitios a los que las almas pueden ir después de la muerte. 
  • Omeyocan: Paraíso del sol. Presidido por Huitzilopochtli. el dios de la guerra. A este lugar llegaban sólo los muertos en combate, los cautivos que se sacrificaban y las mujeres que morían en el parto. habitar el Omeyocan era un privilegio. Morir en la guerra era considerada como la mejor de las muertes por los mexicas. Para ellos, a diferencia de otras culturas, dentro de la muerte había un sentimiento de esperanza, pues ella ofrecía la posibilidad de acompañar al sol en su diario nacimiento y trascender convertido en pájaro.
  • Tlalocan: o paraíso de Tláloc, dios de la lluvia. A este sitio se dirigían aquellos que morían en circunstancias relacionadas con el agua, así como también los niños sacrificados al dios. El Tlalocan era un lugar de reposo y de abundancia. Aunque los muertos generalmente se incineraban, los predestinados a Tláloc se enterraban, como las semillas, para germinar.
  • Mictlán: destinado a quienes morían de muerte natural. Este lugar era habitado por Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, señor y señora de la muerte. Era un sitio muy oscuro, sin ventanas, del que ya no era posible salir. El camino para llegar al Mictlán era muy tortuoso y difícil, pues para llegar a él las almas debían transitar por distintos lugares durante cuatro años. Luego de este tiempo, las almas llegaban al Chicunamictlán, lugar donde descansaban o desaparecían las almas de los muertos. Para recorrer este camino, el difunto era enterrado con un perro, el cual le ayudaría a cruzar un río y llegar ante Mictlantecuhtli.


 
El Señor y la Señora del Mictlan


Representación de los incinerados en honor a Tlaloc

Sacerdote y guerreros en combate para Omeyocan, sacrificio para el Tlalocan
Huitzilopochtli, guerrero acompañando al sol en su diario nacimiento y trascendencia convertido en pájaro.

Un poco de historia de esta importante celebración para todos los mexicanos.

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